Si es que no hacía falta
¿Y esto te parece necesario, Rosa Mari? Mujer, que son treinta, no, treinta y un años de convivencia, corazón, hay confianza para hablar las cosas, digo yo. Vale, que sí, que voy muy a lo mío, siempre dándolo todo en el negocio y muy poco en casa, tienes razón, pero,…
Semillas de amor
Lloré mucho, cuando murió Sultán, mi querido lanudo. Desde la cuna había estado en mi vida. Me enseñó a gatear y me empujaba, suavemente, con el morro, evitando que me golpeara con los marcos de las puertas o las patas de las mesas. Era mi almohada preferida para las siestas…
Fuego en el cuerpo
«Es imposible, no lo conseguiré» —un fuego abrasador lacera sus entrañas, acalambra sus piernas y le impide continuar andando. Se apoya en un árbol tratando de controlar los espasmos. La gente, ajena al suplicio que está sufriendo, pasa junto a ella sin mirarla, cada uno a sus asuntos, con prisa….
Amor de madre
«¡Ay, hijo, si es un pinchazo de nada y la aguja es de las chiquiticas, ni te vas a enterar!» «¡Anda, no seas cobardica! ¡Jesús, por una vacuna de nada!, y calla de una vez, que los hombres no lloran. ¡Si es por tu bien, tonto!». «¡Venga arriba, dormilón, que…
En pocas palabras
La primera vez que papá me tuvo en sus brazos, recién nacido, cuentan que le mee todo, poniéndolo perdido: «¡Este niño es gilipollas!», parece que fue su comentario, mientras me devolvía a los amorosos brazos de mamá. Más tarde, en la escuela, como nací en octubre, muchos compañeros me llevaban…
El innombrable
Como el limo purulento, que deja tras de sí la resaca de una mala tormenta, el mal se propagó por la montaña, deslizándose, lento, por sus laderas, como una niebla oscura, pegajosa, conminatoria, que se desgarraba a jirones entre las breñas, uniformando el monte de un luto anticipado. Se apagaron…
